31 de Julio 2025

En el día de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús y fuente espiritual de nuestro movimiento de educación popular, compartimos este mensaje del Director Nacional de Fe y Alegría Argentina, Fernando Anderlic. Un llamado a volver la mirada al legado ignaciano y renovar nuestro compromiso de educar con pasión, ternura y esperanza, especialmente en tiempos de incertidumbre y desafíos.

 

A las comunidades de Fe y Alegría Argentina,

Hoy celebramos con alegría la fiesta de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús; fuente espiritual de la que brota nuestra identidad como movimiento de educación popular. En este día, quisiera que volvamos la mirada a su vida, a sus palabras y a su legado, para continuar nutriendo con profundidad nuestra misión.

Me gustaría especialmente destacar, entre todas las características de San Ignacio, el ser un peregrino incansable, un líder audaz y un comunicador apasionado. A través de sus cartas (más de siete mil, enviadas a personas e instituciones de todo tipo), dejó una huella profunda en las primeras obras de la Compañía, marcando un estilo de liderazgo cercano, animador y comprometido.

En varias de esas cartas, Ignacio recomendaba con insistencia “tener mucha caridad en el modo de proceder”, “buscar siempre el mayor bien posible” y “acompañar con ternura y paciencia los procesos de las personas”. Estas palabras, escritas hace más de 450 años, resuenan hoy con fuerza en nuestras comunidades, donde buscamos que cada niño, joven y persona adulta descubra toda su capacidad y talento para ser protagonista de su vida, y para que se anime a construir un proyecto de vida que se comprometa con la vida del otro.

Los invito a que, como parte de la familia ignaciana, nos inspiremos especialmente en tres rasgos del modo ignaciano de estar en el mundo:

  1. La búsqueda del “Magis”: es decir, no conformarnos con “lo suficiente” sino aspirar al mayor bien, con pasión y generosidad, en favor de las personas y comunidades más olvidadas.
  2. El discernimiento: como modo de decidir y actuar, con la libertad interior que brota de una vida anclada en el Evangelio y atenta a los signos de los tiempos.
  3. El cuidado afectivo y efectivo de la persona: reconociendo que toda misión es también vínculo, y que no hay transformación sin ternura.

Hoy, más que nunca, el legado de San Ignacio nos interpela: ¿Qué significa “en todo amar y servir” en el contexto argentino actual, marcado por la pobreza, la violencia, la exclusión y la incertidumbre? ¿Cómo seguir educando con esperanza en medio de tantas urgencias? ¿Cómo fortalecer el sentido comunitario y la fe activa que nos anima?

Desde Fe y Alegría Argentina, estamos convencidos de que queremos renovar nuestro compromiso con la Fe y la Justicia.

Que San Ignacio, caminante y sembrador de sueños, nos siga acompañando en el desafío de educar con el corazón encendido, la mente abierta y las manos dispuestas a construir un país más justo y fraterno, amando a Dios en todas las cosas.

¡Feliz día de San Ignacio!

Cordialmente,
Fernando Anderlic
Director Nacional de Fe y Alegría Argentina

   

 

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