Equipo Pastoral del programa Fe y Alegría Universidad
Nos preparamos como país para vivir un acontecimiento de fe que ha sido esperado por mucho tiempo: la canonización de los primeros santos venezolanos. Un signo profético y de esperanza en medio de las tensiones políticas, sociales y económicas.
No será un solo santo, sino un santo y una santa, lo que a priori, nos recuerda que no vamos solos en el camino diario, vocacional y en el camino de fe. Tampoco se puede ir solo en el ámbito universitario, porque la universidad debe ser un lugar de encuentro y compartir de saberes que permitan hacer camino hacia la excelencia académica. En este sentido, “universidad y santidad” se nos presentan como un camino hacia la excelencia académica y espiritual. No obstante, acaso ¿no pueden ser ambas partes de un mismo camino?
El Papa Francisco quien autorizó la canonización de José Gregorio Hernández y Madre Carmen Rendiles, durante su pontificado constantemente nos invitó a ser “una Iglesia en salida”. Y en una catequesis realizada en una audiencia el 23 de octubre de 2019 afirmaba lo siguiente: “la Iglesia es “en salida” o “no es Iglesia”, remarcando asimismo que la Iglesia «está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre». De modo que, «si alguien quiere seguir una moción del Espíritu y se acerca buscando a Dios, no se encontrará con la frialdad de unas puertas cerradas». Aquí entra la elección de la frase que hemos elegido para vivir la presente canonización: “Una Santidad en salida”.
José Gregorio Hernández médico y hombre de ciencias, que desempeñó el rol de profesor universitario, impulsó el estudio de la bacteriología dentro de la medicina venezolana y fue formador de una generación de médicos con un enfoque científico, sin dejar a un lado lo humano. José Gregorio, podemos decir que además de un hombre de profunda fe, fue también un hombre referente a nivel intelectual.
Por su parte, Carmen Rendiles fue una religiosa fundadora de las Hermanas “Siervas de Jesús”, siempre estuvo preocupada por la formación y la educación en la Fe. No en vano la congregación fundada por ella centra su carisma en la educación. Así como a José Gregorio Hernández lo podemos reconocer con nombre propio en el ámbito universitario, Madre Carmen nos recuerda esa semilla discreta que se ha sembrado en el corazón de muchos por medio de la educación y que incluso pudiera hacer su labor más cercana a la nuestra como Fe y Alegría Universidad (en tiempos post pandemia).
En este sentido, tomando el ejemplo de nuestros Santos venezolanos queremos desde Fe y Alegría Universidad invitar a la comunidad estudiantil a que no olvidemos que nuestra vida de Fe no se encierra en nuestras Iglesias o en nuestras Parroquias, por el contrario, debemos ser portadores de esa buena noticia en nuestros círculos de acción, incluida la universidad.
Ciertamente, la Universidad como “Casa del Saber” tiene una tarea específica en la sociedad: “la formación académica e intelectual”. Sin embargo, ser Universidad de Fe y Alegría nos recuerda también que esa formación es una formación integral capaz de vivir “la espiritualidad como experiencia de plenitud humana” que permita “comprometerse desde la fe a un servicio compasivo a los demás”. Educación y Fe, deben ir de la mano en nuestra labor cotidiana.
En definitiva, José Gregorio nos recuerda que la Fe y la Ciencia pueden tener un punto de encuentro, y su testimonio de vida es valioso en medio de una era digital, donde la Fe pudiera ser el justo medio entre el progreso y lo ético. Madre Carmen por su parte nos recuerda nuestra apuesta por la educación, una apuesta a veces silenciosa e ingrata, su testimonio de vida es una invitación a no olvidar el trabajo y la historia que hemos construido, siendo referentes en la Educación venezolana.
Demos gracias a Dios, porque ha sido bueno con su Pueblo.
16 de octubre de 2025
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