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Docentes del Caura y Erebato se forman para integrar la educación productiva con la sabiduría indígena

Yorgelis Cogollo | Referente de Comunicación de Fe y Alegría Escuelas

“La educación comienza donde termina el asfalto” es un lema del Movimiento Fe y Alegría que ha prevalecido durante setenta años. Este lema es posible gracias al empeño, la voluntad y el espíritu de servicio de maestros y maestras que han asumido la vocación de garantizar el acceso a la educación de niños, niñas y adolescentes en comunidades vulnerables, donde a menudo escasean el agua, el transporte o los alimentos.

 

En este contexto de desafíos, que afecta también a los educadores, ellos han asumido la misión de educar con la convicción de que la enseñanza es la herramienta que permitirá mantener la identidad, la lengua originaria y las costumbres en sus comunidades, y al mismo tiempo, superar las dificultades.

Muestra de ese compromiso es la decisión de los maestros y maestras de las poblaciones Yekuana y Sanemá, ubicadas en las regiones del alto río Caura y el río Erebato del estado Bolívar. Estos educadores emprenden un viaje de cinco a siete días, navegando los caudalosos ríos en curiaras hasta llegar a Puerto Ordaz. El objetivo de este extenuante viaje es recibir formación pedagógica integral y actualizada con un enfoque de Educación Intercultural Bilingüe (EIB), buscando integrar los modelos modernos con los elementos culturales propios y ancestrales de cada comunidad indígena.

 

Markis Martínez, coordinadora pedagógica intercultural bilingüe de la Dirección Nacional de Escuelas, asegura que el fortalecimiento docente en territorio indígena es fundamental. El pasado 15 de octubre, un grupo de seis docentes recibió herramientas cruciales para la elaboración de proyectos sostenibles de cara al nuevo período escolar. Esta capacitación buscó garantizar un mejor entendimiento de los procesos productivos, específicamente en el área agrícola, vinculando la educación directamente con el desarrollo comunitario.

 

Con esta formación, los docentes trasladan los conocimientos adquiridos a sus centros educativos para implementar la productividad en las escuelas. De acuerdo con la profesora Martínez, la meta se centra en el empoderamiento de los docentes, a quienes considera la pieza clave de la misión.

 

“Es imprescindible formarse continuamente en estrategias pedagógicas actuales para asegurar que los centros educativos brinden un servicio consistentemente profesional y de alta calidad”, asegura Martínez.

El alcance de Fe y Alegría en el estado Bolívar es un testimonio de esta dedicación. Su labor se extiende hasta las riberas del Alto Caura y el Alto Erebato, inmensos ríos enclavados en la selva. Allí, Fe y Alegría opera dos centros educativos que atienden a los pueblos indígenas Yekuana y Sanemá en los niveles de primaria y bachillerato.

 

Fe y Alegría reafirma su compromiso de ofrecer educación de calidad y accesible. Una misión que se materializa donde la infraestructura y las oportunidades son escasas, pero que, con el empeño de sus docentes, la esperanza se mantiene viva.

24 de octubre de 2025

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