
Fe y Alegría Venezuela
Llamado urgente a la corresponsabilidad y protección de nuestra juventud.
El Movimiento de Educación Popular y Promoción Social Fe y Alegría, manifiesta ante la opinión pública y las autoridades competentes su profundo dolor y preocupación ante el fatal desenlace de la desaparición de dos jóvenes vinculados a nuestra comunidad educativa. Tras ocho días de angustia por su desaparición, el hallazgo de sus cuerpos sin vida representa una herida abierta no solo para sus familias, sino también, para todo el Movimiento de Fe y Alegría, y para la sociedad venezolana que anhela vivir en paz, pero con la firme convicción de que el silencio no es una opción cuando la vida de nuestros jóvenes está en riesgo.
Este último año hemos sido testigos directos de cómo la violencia y la desprotección arrebatan sueños y truncan futuros. Solo en el mes de agosto, lloramos la pérdida de Angely Benavides, una joven de 17 años, recién graduada como Técnico Medio en Telemática del colegio Puerto Ordaz, modelo y ejemplo de superación. Recientemente, el domingo 16 de noviembre, el hallazgo del cuerpo sin vida del estudiante Josué Mata Jiménez de 16 años, cerca de su escuela Gran Sabana en el Core 8. Hoy nos vuelve a sumir en el luto con el caso de Alexander Alvarado estudiante de bachillerato del colegio Caroní y Ashleikert Ríos exalumno, jóvenes cuyas vidas fueron vulneradas en un contexto social que parece volverse cada vez más hostil.
Ante estos hechos, es necesario entender que la protección de la juventud no es tarea de un solo sector. Es un tejido de responsabilidades compartidas:
–La Familia: como núcleo primario, debe fortalecer los lazos de confianza y fomentar mecanismos de protección y sentido de alerta que permitan a los jóvenes identificar situaciones de peligro.
-La Sociedad: una comunidad alerta que no normaliza la violencia, vigilante de la justicia, que se articula en redes de cuido y denuncia.
-La Escuela: no solo como centro de formación académica, sino como un espacio seguro donde se enseñe a vivir con dignidad y potenciar capacidades de autocuidado.
-Las Instituciones: el Estado deben garantizar la seguridad ciudadana y justicia. Es imperativo que se esclarezcan los hechos y se determinen las responsabilidades correspondientes.
La integridad, la seguridad y la vida de nuestros adolescentes están bajo asedio por males sociales que solo podremos combatir si actuamos como sociedad unida. No basta con lamentar las pérdidas; es necesario generar políticas de protección real, programas de prevención y una red de apoyo que no deje a ningún joven solo frente al peligro. Fe y Alegría reafirma su compromiso con la educación en valores y trabaja por una Venezuela donde la vida sea protegida y valorada.
«La educación es el camino, pero la justicia es el cimiento de la paz».
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24 de diciembre de 2025
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