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18 julio 2020

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El Masparro 35 años después de la muerte de Vélaz.

Esta historia conocida por muchos, ha inspirado a varios otros y otras para mantener viva la esencia de Fe y Alegría, movimiento de educación popular que hoy sigue creciendo.

Por: María Paula Arango Zambrano, comunicaciones FIFyA

 

Su recorrido hasta el Masparro

 

El Padre José María Vélaz nació en Rancagua, Chile, el 4 de diciembre de 1910. Cuando tenía cinco años murió su padre, y su madre quedó a cargo de cuatro hijos muy pequeños. Cinco años después regresaron a España, donde Vélaz estudió en el internado de los jesuitas en Tudela y en la Universidad de Zaragoza. En 1928 abandonó sus estudios de Derecho e ingresó en la Compañía de Jesús. Su formación y la situación política de España lo llevaron por varios países europeos y en 1946, cuando estaba esperando ser enviado China, sus superiores decidieron mandarlo a Venezuela.

Foto: Internado-Escuela San Ignacio del Masparro, Venezuela

Foto: Internado-Escuela San Ignacio del Masparro, Venezuela

En agosto de 1948, fue nombrado rector del Colegio San José de Mérida. Allí desarrolló el varias obras en la zona. Después fundó una red de escuelas en varios pueblitos andinos que dependían del citado colegio, para atender mayor número de alumnos. Cuando terminó su período de rector ideó una red de escuelas campesinas por los llanos de Barinas, pero el proyecto no fue aceptado por sus superiores y en 1954 se le envió a la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. Allí, el siguiente año, fundó Fe y Alegría. En 1.960 se retira de la Universidad Católica, para dedicarse a tiempo completo a esta obra que en esos momentos ya contaba con 6000 alumnos en los barrios marginados de Caracas y comenzaba a extenderse a Maracaibo y Valencia. Siguieron las fundaciones en Ecuador (1964), Panamá (1965), Perú y Bolivia (1966), Colombia, El Salvador, Nicaragua y Guatemala, Argentina, Honduras, Paraguay, Brasil, República Dominicana, Chile, Haití y Uruguay, siguiendo un proyecto continental de alcanzar todos los países iberoamericanos. En 2008 comienza también Fe y Alegría en África, concretamente en el Chad. Su último viaje le llevó hasta Caicara, Puerto Ayacucho, la Gran Sabana, para explorar la creación de escuelas para los indígenas. A su regreso a la escuela del río Masparro le sorprendió la muerte el 18 de julio de 1985.

EL MASPARRO EN LA ACTUALIDAD

Hoy Masparro está constituida en una escuela técnica agropecuaria desde hace 2 años y atiende estudiantes de las comunidades aledañas, y sigue siendo un internado. Su objetivo es lograr inserción socioeducativa de las comunidades foráneas que no lograron, en algún punto, continuar con sus estudios.

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Como proyecto productivo Masparro es un espacio que tiene 400 hectáreas de las cuales 320 son para áreas productivas y su punto más fuerte es el tema de la producción agrícola, la producción de leche y la cría de ganado. Además cerca del 25% de esta área productiva esta dedicado al cuidado forestal. En un porcentaje menor tiene aves y porcinos. Todo como parte integral del currículo escolar de la escuela.

 

Hoy, esta escuela es llevada administrativamente por las Hermanas Misioneras de Jesús. Al ser internado los estudiantes llegan el lunes y se regresan el viernes. Esto ha permitido organizar grupos compuestos por docentes y estudiantes que atienden todas las actividades productivas, generando acciones los 365 días del año.

 

También la escuela ofrece un esquema híbrido donde varios docentes viven en la escuela y los que viven en el Masparro y solo están presentes los días entre semana.

 

MASPARRO EN TIEMPO DE PANDEMIA

Durante esta cuarentena, al igual que en otros centros educativos, se ha cambiado la modalidad hoy solo hay un grupo pequeño de estudiantes que están por guardia y, con todas las medidas de bioseguridad, atienden todas las áreas productivas y también hay un grupo de docentes que está pasando la cuarentena 100% en la escuela y que le hacen seguimiento a todas las acciones que demanda la producción y educación.

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Con el fin de que los estudiantes continúen con su proceso formativo los y las docentes han creado todo una metodología de seguimiento, donde representantes de las comunidades se encuentran con los maestros para recibir orientaciones y llevar materiales didácticos para todos los estudiantes que luego son entregados de nuevo; para de esta manera continuar con el proceso educativo a distancia.

Es así como, aunque con mucha dificultad el sueño del Padre Vélaz aún sigue vigente y a pesar de las circunstancias sus estudiantes, docentes y administrativos continúan dándole vida.

 

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