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10 febrero 2021

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La radio y su rol clave en la educación.

La radio educativa ha retornado con gran fuerza en el último año. La pandemia dejó al descubierto que la conexión a internet todavía es un privilegio en muchos países de AL y África; por eso quisimos hablar de su historia en el marco del día mundial de la radio.

Por: Luis Dávila Loor

Desde mediados del siglo pasado, la radio cumplió un papel trascendental en América Latina con el propósito de llevar la educación a sociedades que estaban totalmente atrasadas. De algunos países que se tienen índices, hasta 1960, Panamá, Paraguay y Colombia tenían un analfabetismo superior al 30%; México y Ecuador, al 40%; Brasil y República Dominicana, al 50%, y El Salvador, Honduras y Guatemala, al 60%[i]. En esas condiciones, aparecieron las radios educativas e incorporaron a los sistemas escolares a cientos de miles de niños y niñas que vivían en la exclusión e, incluso, a padres y madres de esos niños que tampoco habían cursado la enseñanza formal. Suplieron así una labor que los estados habían descuidado de realizar.

La radio educativa fue un proyecto de comunidades religiosas, principalmente católicas, y de sacerdotes líderes como Andrés Salcedo, José María Vélaz y Leonidas Proaño. Con el tiempo, estas emisoras no solamente continuaron con su labor educativa, sino que acompañaron a la organización de sectores populares, como el indígena en Ecuador.

Con el desarrollo del internet, a partir del nuevo milenio la radio empezó a perder fuerza. Los jóvenes se fueron desplazando al uso de las redes sociales. Las emisoras educativas tuvieron que adaptarse y, en algunos casos, dejar las clases radiofónicas como principal eje de su accionar.

[i] Filgueira, Carlos. Expansión eduacional y estratificación social en America Latina 1969 – 1970. Buenos Aires: UNESCO – CEPAL – PNUD, 1977.

Hasta que llegó la pandemia del covid-19 en 2020. La mayoría de estados, en Ecuador, Perú, Bolivia y otros países de la región, que quisieron trasladar las clases a las redes, se encontraron con grandes dificultades por la falta de acceso, porque las familias no contaban con suficientes ordenadores ni teléfonos inteligentes, porque no tenían señal telefónica ni de internet. Se trató entonces de volver a la radio, y se hizo, en algunos casos, con relativo éxito.

De esta experiencia quedaron tres conclusiones. Primero, la radio es el único medio que, en condiciones como las de la pandemia, puede ser útil para llegar a la selva, al páramo, al campo y demás lugares apartados mientras el acceso internet no sea totalmente socializado. Segundo, en la medida que el internet seguirá desplazando a la radio y que, por tanto, ésta tenderá a debilitarse, los estados tienen que impulsar políticas para fortalecer los sistemas radiofónicos educativos, que impliquen frecuencias y recursos para las instituciones que se dedican a ello, así como repetidoras y receptores para las comunidades empobrecidas. Y tercero, se debe permitir a las radios educativa introducir su señal, con costo subvencionado por el estado y/o las operadoras, en los combos de datos que ofrecen las compañías de internet.

La radio educativa fue un proyecto de comunidades religiosas, principalmente católicas, y de sacerdotes líderes como Andrés Salcedo, José María Vélaz y Leonidas Proaño. Con el tiempo, estas emisoras no solamente continuaron con su labor educativa, sino que acompañaron a la organización de sectores populares, como el indígena en Ecuador.

Si a nivel de medios de comunicación, internet seguirá superponiéndose a la radio, en lo que se refiere a educación a distancia, la radio todavía tiene un papel importante que desempeñar, especialmente en América Latina.

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