25N: Educando para relaciones libres de Violencia
25N: Educando para relaciones libres de Violencia

Mayela Blas
Equipo de Género I Fe y Alegría Internacional
El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es una fecha que trasciende la simple conmemoración para convertirse en un día de lucha, reflexión y acción colectiva. Su origen está profundamente arraigado en la historia de República Dominicana, y está marcado por la dolorosa pero inspiradora historia de las Hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa).
Gracias a la valentía de estas hermanas y al impulso de los movimientos feministas dominicanos y latinoamericanos, en 1981, el 25 de noviembre fue declarado como día de lucha y denuncia contra la violencia hacia las mujeres. Posteriormente, en 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó formalmente esta fecha como una jornada mundial.
Webinar “Educar para la igualdad: espacios libres de violencia”
En el marco del 25N, el equipo federativo de género, en conjunto con colaboradores de Fe Y Alegría de Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Ecuador, Perú, Bolivia y República del Congo, Llevó a cabo el webinar formativo y conversatorio, “Educar para la igualdad: espacios libres de violencia”. El encuentro, realizado el 20 de noviembre, fue facilitado por la Lic. Meybel Medrano, su expertise en atención psicosocial, acompañamiento emocional y trabajo comunitario fue clave para guiar este espacio.
El encuentro se propuso conectar las vivencias de los distintos países para reconocer las diversas manifestaciones de la violencia según el contexto, promoviendo relaciones basadas en el respeto, la igualdad y el cuidado dentro de la comunidad educativa. En un ambiente de confianza, los participantes pudieron involucrarse directamente para analizar las múltiples formas de violencia presentes en sus centros escolares, compartir retos concretos y reflexionar colectivamente sobre el potencial del enfoque de género y la interseccionalidad como herramientas esenciales para la transformación social.
Realidades Educativas: Hallazgos y Desafíos
La jornada de reflexión se inició con las raíces estructurales de la violencia de género, definiendo conceptos clave como la interseccionalidad (fundamental para entender las múltiples violencias que surgen del cruce de factores como género y pobreza) y el patriarcado. Al indagar sobre la realidad escolar con la pregunta clave “¿Qué está pasando en sus centros educativos?”, se identificaron tres desafíos cruciales: la persistencia de la normalización de prácticas violentas como el bullying en los centros educativos; la creciente vulnerabilidad en el entorno digital a través del ciberacoso, con graves consecuencias en el desarrollo emocional y aprendizaje de los estudiantes; y la brecha en la aplicación de los mecanismos de protección existentes, lo cual exige una formación continua para garantizar la acción efectiva de todo el personal.
A pesar de estos desafíos, el diálogo reafirmó el rol estratégico de la escuela como un espacio seguro y de protección, donde el personal docente y directivo es visto como “cuadros de confianza” para activar rutas de protección y romper el silencio. Desde las experiencias compartidas, se subrayó la urgencia de implementar acciones de transformación específicas, enfocadas en: validar emociones y nombrar la violencia, enseñar límites y autocuidado a los estudiantes (incluyendo la capacidad de decir “no” sin culpa), y trabajar con la comunidad mediante la sensibilización a padres y madres sobre el buen trato y la prevención de la violencia de género.
“Educar desde la igualdad es transformar vidas. Cada palabra, gesto y decisión cuenta”
Este intercambio permitió visibilizar la riqueza de las experiencias de distintos países, destacándose la Campaña “La Luz de las Niñas”. Esta iniciativa global, impulsada por Entreculturas y la Federación Internacional Fe y Alegría, busca erradicar la violencia hacia las niñas mediante el empoderamiento y la prevención desde los centros educativos.
El llamado final fue a la corresponsabilidad social; la erradicación de la violencia no puede recaer solo en las escuelas, sino que exige un accionar coordinado entre Estado, escuelas, familias y sociedad civil. El compromiso es no permanecer indiferentes ante situaciones de violencia.

