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Gratitud y esperanza ante la Pascua del Papa Francisco

María Luisa Berzosa González
Hija de Jesús – Roma


Quiero escribir a toda la familia de Fe y Alegría  una nota ante el acontecimiento que conocemos:  la Pascua de nuestro querido Papa Francisco. Con una mezcla de sentimientos en mi corazón,  no puedo negarme a poner por escrito algo de lo mucho que estos días bulle dentro de mí.

 

Lo primero que me brota es inmensa gratitud al Señor que nos regaló en estos 12 años del Pontificado de Francisco,  una Papa que hizo de la persona de Jesús de Nazaret y su evangelio,  el centro de su vida y de la iglesia. Y como no podía ser de otra manera, en consecuencia,  puso en el centro también a la persona humana.  

 

Me atrevo a definirlo como un hombre de Dios humanizado:  cercano a todas las personas,  sobre todo a quienes están más heridas en el camino de la vida.  Entrañable,  alegre,  siempre de buen humor,  consciente de las dificultades pero entregado totalmente a su misión.

 

Nos abrió caminos nuevos,  itinerarios para seguir transitando con la novedad del Espíritu,   puertas abiertas para la acogida universal.  Y nos regaló una iglesia en salida, misericordiosa, compasiva.  Hecha de gestos elocuentes que garantizaban las palabras.

 

No podemos olvidar nuestro encuentro con Francisco, en el mes de junio de 2019,  cuando compartimos un largo rato de conversación con él y nos dejó grabado un mensaje vital para nuestra familia de Fe y Alegría. Hablando de la exclusión nos dijo: “Fe y Alegría es la propuesta contraria, aquí se incluye todo”.  Y añadió: “El futuro de Fe y Alegría está en su mística de la inclusión y en la fuerza de sus juventudes”.

 

Gran mensaje que sigue sosteniendo la pasión que nos habita en nuestra opción por educar a toda persona,  que nadie quede excluido de esta posibilidad,  para poder crecer como seres humanos con los valores cristianos, para ser miembros comprometidos en la realidad donde cada uno se encuentra,  en conservar la ‘casa común’, en construir la paz,  en acoger a todas las personas forzadas a emigrar,  en poder vivir el pluralismo en la comunión.

 

Una serie de consecuencias del legado que nos deja nuestro querido Papa Francisco y que se convierten en desafío para educadores, educandos, familias,  colaboradores de Fe y Alegría, agradeciendo sus sabias enseñanzas que atesoramos en el corazón.

 

¡Muchas gracias!

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