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Nueva escuela en Ianakazo

Manampy Andry
Comunicación  I Fe y Alegría Madagascar

 


Se ha dado un paso importante para los niños de la aldea de Ianakazo, situada en una zona rural aislada, con la inauguración oficial de una nueva escuela privada católica (EPC) Ianakazo.

 

La ceremonia, que se desarrolló en un ambiente cálido y festivo, reunió a numerosas personalidades locales: autoridades administrativas, líderes comunitarios, representantes de la Iglesia, padres de alumnos, así como el equipo directivo de Fe y Alegría Madagascar, encabezado por su director nacional, el padre Tahina Jean Guy Sj.

 

En su discurso, este último destacó la importancia de este centro educativo en la vida de la comunidad: «Este edificio no es solo una construcción sólida. Es un símbolo de esperanza. Ningún niño debería verse privado de la educación. Eduquemos a nuestros hijos, porque es el único camino hacia un desarrollo verdadero». 

 

Este mensaje fue repetido y aplaudido por los demás intervinientes, que pusieron de relieve la voluntad colectiva de hacer de la educación una palanca para la transformación social sostenible.

 

El nuevo edificio cuenta con varias aulas construidas según las normas educativas actuales, con el fin de ofrecer a los alumnos un entorno de aprendizaje saludable, seguro y estimulante. Esta iniciativa responde a una necesidad acuciante de infraestructuras escolares en la región, donde muchos niños siguen viéndose obligados a estudiar en condiciones precarias o incluso a no ir a la escuela.

 

Fe y Alegría Madagascar, fiel a su misión, tiene como objetivo ofrecer a los niños de entornos desfavorecidos las mismas oportunidades que a los de las zonas urbanas: una educación de calidad, basada en la dignidad, la solidaridad y la promoción del talento de cada uno. 

 

La emoción era palpable entre los habitantes de Ianakazo, que expresaron su alegría y gratitud a lo largo de toda la jornada. Se organizaron cantos, bailes tradicionales y actividades culturales para celebrar el evento. También se celebró una comida comunitaria que reunió a los participantes en un ambiente de fraternidad y convivencia. 

 

«Es un día histórico para nuestro pueblo. Por fin nuestros hijos podrán aprender en buenas condiciones. Damos las gracias a Fe y Alegría por haberse acordado de nosotros», confesó un padre de uno de los alumnos, con los ojos llenos de emoción. 

 

Esta inauguración es solo un paso. Fe y Alegría Madagascar tiene la intención de continuar su compromiso en otras regiones del país, en colaboración con las comunidades locales, las autoridades educativas y los socios internacionales. En Ianakazo, la movilización no ha hecho más que empezar. La educación de los niños es ahora una preocupación colectiva, y la nueva escuela se convierte en el motor de un cambio sostenible, para que todos los niños puedan soñar, aprender y tener éxito. 

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