“Innovar, colaborar, discernir: el camino hacia el futuro”

“Fe y Alegría posee un potencial único como laboratorio de innovación pedagógica”.

El futuro del movimiento no se improvisa: se discierne. La carta del P. General nos invita a caminar hacia una Fe y Alegría más articulada, más flexible, más corresponsable. Y nos ofrece claves concretas: estructuras más ágiles, liderazgo distribuido, alianzas interinstitucionales, incidencia internacional.

Innovar no significa copiar modas educativas, sino crear desde el territorio. Colaborar no es sumar fuerzas a ciegas, sino construir sinergias desde la misión. Discernir no es dudar sin fin, sino decidir con sentido comunitario. Esos tres verbos resumen el horizonte al que estamos llamados como red.

Fe y Alegría tiene experiencia y legitimidad para ser un actor educativo global. Pero eso requiere fortalecer nuestros equipos pedagógicos, sistematizar aprendizajes, incidir en políticas públicas, acompañar procesos con profundidad, y estar abiertos a nuevos lenguajes, tecnologías y culturas.

El P. General nos desafía a reimaginar nuestras estructuras federativas, adaptarlas a una red que crece más allá de América Latina, con diversidad de idiomas, culturas y situaciones. Y nos invita a que esa evolución no pierda la esencia: educar con y para los pobres, desde una espiritualidad de justicia y reconciliación.

Si queremos seguir siendo Fe y Alegría, tenemos que seguir moviéndonos. Con valentía, con discernimiento, con comunidad.