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Celebramos a las mujeres que inspiran y transforman Fe y Alegría

Mayela Blas
Equipo de Género I  Fe y Alegría Internacional


Hay acciones que cambian el rumbo de la historia

Una de ellas ocurrió cuando María Patricia García de Reyes, junto a su esposo Abraham Reyes, abrió las puertas de su casa para que naciera la primera escuela de Fe y Alegría en Venezuela. Ese acto sencillo, pero profundamente transformador, marcó el inicio de un movimiento educativo que cruza fronteras y toca vidas. En honor a ella y a todas las mujeres que, como Patricia, han dejado huellas en la educación, el 30 de mayo de 2016, durante el encuentro internacional de recuperación de prácticas educativas de Género y cultura de paz en Nicaragua, que reunió a representantes de ocho países: El Salvador, Haití, Bolivia, Perú, Colombia, República Dominicana, España y Nicaragua, fue declarado el Día de las Patricias de Fe y Alegría. Su gesto, junto al del Padre José María Vélez, sembró las raíces de una red viva de escuelas que transforman realidades, siembran futuro y siguen creciendo gracias al amor, la convicción y el compromiso de mujeres que creen profundamente en el poder de la educación.

 

Un legado que trasciende el tiempo

 

Celebramos el legado de Patricia en la vida de tantas mujeres que, como ella, han hecho de su trabajo una misión de transformación social. Desde Fe y Alegría, tenemos el compromiso, expresado en nuestra Política número 3 de Igualdad y Equidad de Género, de promover el liderazgo y el empoderamiento de las mujeres. Por eso, en este día, reconocemos a las mujeres que lideran, educan, comunican, gestionan, innovan y sostienen este movimiento desde múltiples espacios, con inteligencia, compromiso y profunda humanidad.

 

En cada testimonio que compartimos a continuación se expresa esa fuerza colectiva. Son historias que nos recuerdan por qué cada 30 de mayo seguimos diciendo: todas somos Patricias. Porque su ejemplo vive en cada mujer que construye una Fe y Alegría más justa, más inclusiva y más esperanzadora.

“De casualidad llegué… y nunca más me fui”

María Teresa Izquierdo Rojas

Coordinadora General de Identidad y Misión, Fe y Alegría Perú

Llegué a Fe y Alegría en 1980, casi por casualidad. Empecé como maestra en el colegio Fe y Alegría 23, en Villa María del Triunfo, cuando apenas tenía cuatro años de fundado. Era una comunidad en construcción, con aulas sencillas y un cerro en medio del patio que las familias ayudaban a desmontar. Fueron años de mucha entrega y cercanía. Más adelante, pasé a la oficina Nacional, primero en recepción y luego como coordinadora de identidad y misión, donde pude fortalecer vínculos con muchos docentes y estudiantes. Uno de los mayores regalos ha sido acompañar a jóvenes, especialmente a las chicas, que con su energía y compromiso han sido motor del movimiento.

 

A quienes hoy inician este camino, especialmente mujeres, les diría que conozcan profundamente la identidad de Fe y Alegría. Educar aquí es distinto: no se trata solo de enseñar, sino de acompañar vidas, especialmente aquellas que más nos necesitan. Muchas veces, quien más nos reta es quien más necesita ser escuchado. Estoy casi de salida, pero no me quiero ir sin asegurarme de que este amor por Fe y Alegría siga vivo en nuevas manos, en nuevas voces. Porque este movimiento me enamoró: me dio sentido, misión y pertenencia. He recibido muchísimo, pero también quiero dejar algo. Algo que otros y otras puedan tomar, cuidar y hacer crecer.

“Cada tarea suma al sueño colectivo”

Nelly Briceño

Administradora General, Fe y Alegría Venezuela

Tengo 35 años caminando con Fe y Alegría. Comencé como asistente administrativa y fui poco a poco creciendo, manejando varias áreas. Siempre soñé con trabajar en una asociación sin fines de lucro, se lo decía a mi mamá cuando era joven, y tuve la fortuna de encontrar ese camino. En 2015 asumí la administración general, con la convicción de que desde el metro cuadrado donde me toca estar, también puedo aportar un granito de arena. Para mí, Fe y Alegría es una gran obra, y aunque esté en la parte administrativa, siempre he dicho que también somos formadores. Esto ha marcado mi misión de vida: trabajar desde el compromiso, la solidaridad y la empatía, acompañando a otros, aprendiendo y enseñando en movimiento constante.

 

Pienso que el camino para la igualdad empieza por el respeto, por reconocer al otro como ser humano. Aquí todos somos uno, y todos somos iguales. Amar lo que se hace, respetar al otro… eso nos da paz. Yo creo que en Fe y Alegría todas somos Patricias, pero las mujeres que caminan kilómetros para llegar a su escuela, que se quedan toda la semana lejos de su familia, que dan clases con lo poco que tienen, pero con un gran amor. Yo sí creo que esas son las verdaderas Patricias. Ellas están formando muchachos que no son sus hijos, pero que sienten como suyos. Y de eso se trata este camino: de hacer el mundo un poquito mejor, desde donde estemos.

“Más allá de una función profesional”

Soariniaina Fanilo Emma

Responsable de administración y finanzas en Fe y Alegría Madagascar

Desde 2023, soy responsable de administración y finanzas en Fe y Alegría Madagascar. Me uní al movimiento porque creo en su misión de ofrecer educación de calidad a los más vulnerables. Para mí, este trabajo es un compromiso profundo que me ha enseñado solidaridad y superación. Uno de los momentos que más me marcó fue organizar la entrega de útiles escolares a niños de zonas rurales; sentí que estaba aportando, de manera concreta, para mejorar la vida de estos niños.

 

En este día de las Patricias, quiero decirles a todas las mujeres que su trabajo transforma el futuro. Sigamos apoyando a las niñas para que tengan confianza en sí mismas; y a los hombres: sean aliados y valoren a las mujeres. La igualdad de género no debe ser una lucha reservada para las mujeres, sino una lucha común por más justicia.

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