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30 marzo 2022

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¿Cómo posicionarnos ante el crecimiento científico-tecnológico y la subrepresentación de mujeres y niñas en él?

30 marzo 2022

 

 

La promoción de la ciencia, la tecnología y las matemáticas en la educación y en los caminos hacia lo que hemos llamado desarrollo, ha venido cobrando cada vez mayor relevancia en los discursos, en los esfuerzos y los recursos tanto de los Estados como del sector privado. En este contexto la todavía reducida participación y reconocimiento de niñas y mujeres en dichos campos se ha convertido en una brecha más visible y en una urgencia a subsanar.

 

 

Como parte de un Movimiento de Educación Popular y Promoción Social que apuesta por la transformación de estructuras de poder injustas enquistadas en nuestras sociedades, resulta necesario reflexionar sobre las implicaciones de la persistente subrepresentación de mujeres y niñas en campos que están impactando nuestras formas de convivencia, nuestras culturas y modos de producción. No obstante, nos llama también a cuestionarnos ¿a qué intereses responde esta carrera hacia el desarrollo científico y tecnológico? ¿qué implicaciones (positivas y/o negativas) está teniendo sobre la vida de las personas y la naturaleza? ¿qué rol queremos jugar en esta revolución tecnológica-científica? y ¿cómo lo afrontaremos desde el ámbito educativo?

 

 

De acuerdo a datos de la UNESCO de 2019, a nivel mundial la matrícula de mujeres correspondiente a educación superior en carreras relativas a los ámbitos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) alcanzaba apenas el 35% a lo que se añade un abandono desproporcionado de estas disciplinas durante los estudios superiores y en la transición al mundo laboral (Muñoz-Rojas, 2021). La exclusión de mujeres en las carreras en cuestión, ampliamente abordada en estudios y literatura, responde a factores como la socialización diferencial de género, roles, estereotipos (también presentes en la comunidad científica), ausencia de referentes femeninos en textos educativos y otras publicaciones, así como las barreras que imponen un menor acceso a al empleo remunerado, las tareas de cuidado que recaen mayoritariamente sobre las mujeres y la aún vigente cultura androcéntrica que no reconoce en igual medida los aportes de mujeres frente a los de varones en el mundo científico y académico (Muñoz-Rojas, 2021). Estas condiciones que limitan la activa participación de las mujeres en una sociedad de constante innovación tecnológica, que se ha profundizado con la llegada de la pandemia y se espera siga avanzando a un ritmo acelerado, supone una evidente situación de injusticia social.

 

 

Desde otra orilla, resulta fundamental reflexionar en qué medida la vertiginosa producción científico-tecnológica está respondiendo a la creencia de una economía que puede crecer de manera infinita, a la idea de la naturaleza separada del ser humano y bajo el dominio del mismo y a la comprensión del desarrollo desde una mirada euro-centrada que niega otras formas de conocimiento (Mejía, 2021). La producción tecnológica anclada en el mantenimiento del sistema capitalista, extractivista y patriarcal resulta una herramienta destinada a seguir profundizando las crisis climáticas, alimentarias y las pronunciadas desigualdades sociales. Ampliar la comprensión de lo tecnológico a “la producción campesina, en el conocimiento ancestral de nuestras comunidades originarias sobre el agua, los bosques, los cultivos” (Mejía, 2021, p,27), a las epistemologías del sur (África, Asia, América Latina) y otras propuestas que han nacido desde voces negadas por la arraigada creencia de una única, o mal llamada universal, forma de producir conocimiento, abre nuevas posibilidades de relacionarnos con nosotras(os) mismas(os), con las personas y ecosistemas en los que co-existimos.

 

 

 

En este sentido, desde nuestro ámbito de acción, la educación, a la par que procuremos una equiparación de mujeres y niñas en las carreras CTIM, debemos caminar hacia un re-direccionamiento y un re-entendimiento de lo tecnológico-científico, que incorpore el enfoque de género, el interseccional y recupere las miradas y producción de conocimiento del sur global. La aproximación a este dilema social a partir de dimensiones éticas y políticas y no solo técnicas, supone abrir nuestra mirada a las distintas dinámicas sociales, culturales, económicas y políticas que se entrecruzan entre sí.

 

 

 

María Noelle Acosta-Vásconez 

Representante Iniciativa de Género FyA Ecuador

 

 

Referencias bibliográficas:

 

 

Mejía, M. R. (2021). Educación (es), escuela (s) y pedagogía (s) en la cuarta revolución industrial desde Nuestra América. Fe y Alegría Ecuador.

 

 

Muñoz Rojas, C. (2021). Políticas públicas para la igualdad de género en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM): desafíos para la autonomía económica de las mujeres y la recuperación transformadora en América Latina. CEPAL.

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