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Conciencia ecológica a través de un biohuerto escolar

Comunicaciones Ecuador


En la Unidad Educativa Fiscomisional Monseñor Óscar Romero, ubicada en el cantón amazónico Joya de los Sachas, provincia de Orellana, se llevó a cabo una experiencia significativa que unió a estudiantes, docentes y familias en torno a un objetivo común: el cuidado de la naturaleza y la promoción de una vida más sostenible a través de la creación de un biohuerto escolar.

 

El proyecto surgió como parte del compromiso de la institución con la ecología integral, alineada con los valores de respeto, responsabilidad y trabajo en comunidad. La iniciativa fue impulsada desde el área de Ciencias Naturales y apoyada por directivos, docentes y padres de familia, con el propósito de fortalecer el aprendizaje vivencial, fomentar la cultura del cuidado del ambiente y brindar herramientas prácticas para la alimentación saludable.

 

Los estudiantes de sexto año de Educación General Básica fueron los protagonistas de esta experiencia. Al inicio, muchos de ellos desconocían cómo se cultivaban las hortalizas y por qué era importante cuidar el suelo, el agua y las plantas. A través de charlas, dinámicas y trabajo en equipo, comenzaron a adquirir conocimientos sobre agricultura orgánica, reciclaje, preparación del terreno, siembra, riego y cosecha.

 

Una de las primeras tareas fue la preparación del terreno, ubicada en un espacio verde dentro de la institución. Con palas, rastrillos y mucho entusiasmo, los estudiantes removieron la tierra y delimitaron los canteros. Utilizaron materiales reciclados como botellas plásticas, llantas viejas y madera reutilizada para crear un entorno sostenible y amigable con el ambiente. Sembraron cultivos propios de la región, como lechuga, cebolla, culantro, tomate, ají y yuca, adaptados al clima cálido y húmedo de Joya de los Sachas.

La experiencia no solo se limitó al área académica, sino que generó una transformación en la manera en que los estudiantes veían su entorno. Comenzaron a valorar más la naturaleza y comprendieron la importancia de la soberanía alimentaria, el trabajo en equipo y la paciencia, ya que debían cuidar sus plantas diariamente, observar su crecimiento y esperar con entusiasmo el momento de la cosecha.

 

Uno de los momentos más especiales fue cuando los estudiantes lograron recolectar sus primeras hortalizas. La emoción fue evidente en sus rostros. Muchos no podían creer que de unas pequeñas semillas nacieran alimentos frescos y saludables, cultivados con sus propias manos. Compartieron lo cosechado con sus familias y algunos incluso llevaron recetas para preparar en casa. Esta conexión directa con el alimento y la tierra fue una experiencia enriquecedora tanto a nivel emocional como educativo.

 

La actividad también permitió integrar otras áreas del currículo. En Matemáticas, los estudiantes midieron el crecimiento de las plantas y calcularon el área sembrada. En Lengua, redactaron bitácoras y reflexiones sobre lo aprendido. En Educación para la Ciudadanía, reflexionaron sobre el rol de cada uno en el cuidado del medio ambiente y el respeto por los recursos naturales. Además, fortalecieron valores como la solidaridad, la perseverancia y el sentido de comunidad.

 

Gracias al apoyo de la comunidad educativa, el biohuerto escolar se consolidó como un espacio de aprendizaje vivencial y un símbolo de esperanza. Más allá de los productos obtenidos, lo más valioso fue la transformación de actitudes y el despertar de una conciencia ecológica en cada niño y niña.

 

Hoy, el biohuerto de la Unidad Educativa Monseñor Óscar Romero continúa creciendo, y con él también florece el compromiso de formar ciudadanos responsables, conscientes y comprometidos con la defensa de la vida y del planeta, desde su propia realidad local, en el corazón de la Amazonía ecuatoriana.

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