¡Ha llegado la hora de actuar!
¡Ha llegado la hora de actuar!
Ramón Almansa López
Director ejecutivo Fe y Alegría España-Entreculturas
“Se acabó la Cumbre de Sevilla, empieza el Compromiso de Sevilla: Ha llegado la hora de actuar”
El 3 de julio se ha clausurado en Sevilla la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo. Durante varios días, la ciudad de Sevilla se ha convertido en un auténtico hervidero de delegaciones de todo el mundo, reunidas para reflexionar, dialogar y proponer medidas concretas para hacer viable el desarrollo humano y sostenible de nuestro planeta.
A la Conferencia se ha llegado con un documento previamente consensuado, llamado simbólicamente el compromiso de Sevilla, que establece los principales ejes para una financiación del desarrollo más justa, inclusiva y sostenible.
Aunque la sociedad civil ya había advertido de que esta declaración podía y debía ser más ambiciosa, el solo hecho de alcanzar un consenso, en un contexto internacional tan complejo y tensionado, creo que es un motivo de esperanza y, sin duda, es un logro importante. En tiempos de polarización, un mundo que dialoga es un mundo con futuro.
Multilateralismo frente al individualismo
Uno de los mensajes más nítidos de la Conferencia ha sido la clara apuesta de los líderes internacionales por el multilateralismo. Quizás este pueda ser un término que resulte técnico y lejano, pero en el fondo es un modo de entender el mundo como una aldea global. Frente a propuestas que priorizan los intereses nacionales —el “my country first”—, el multilateralismo defiende una visión compartida del mundo: “Humanity first”. Supone pensar juntos el futuro sin establecer jerarquías entre países o personas. Es un llamado a que no hay países —ni personas— de primera y de segunda. Es un llamado a que el desarrollo humano es un derecho para todas las personas.
La deuda: entre obstáculo y oportunidad
Uno de los temas más presentes estos días ha sido el peso asfixiante de la deuda en muchos países. Con más de 4 billones de dólares pendientes de pago, y el pago de un servicio de alrededor de 920.000 millones de dólares anuales la situación es insostenible. Se ha planteado la necesidad de un rediseño global del sistema de deuda que incluya, por ejemplo, canjes de deuda por programas sociales (educación, salud) y ambientales. Actualmente, los países más frágiles, que más necesitan financiación, son precisamente quienes enfrentan las condiciones más duras de acceso y devolución. Es inadmisible que haya países que gastan más en devolución de deuda de lo que invierten en educación y salud. Esta deuda asfixiante es inadmisible y requiere un nuevo marco de revisión de la arquitectura de la deuda.
Pero la deuda es por otro lado un modo de inversión de los países que, bien gestionada, puede ser una palanca y oportunidad para el desarrollo. Por todo ello el sistema de deuda actual requiere una revisión urgente.
¿Quién debe financiar el desarrollo?
Esta ha sido la gran pregunta transversal de todos los debates. La respuesta ha sido clara: la financiación debe ser corresponsabilidad de múltiples actores, cada uno con una función específica, pero complementaria.
Un sistema financiero internacional que necesita resetearse
La IV Conferencia ha vuelto a poner en el centro la urgencia de un cambio estructural en el sistema financiero global. Necesitamos una economía centrada en el desarrollo humano, no en el lucro; una economía justa, de la dignidad, de la paz, de y para las personas.
Para que el desarrollo sea sostenible, no basta con más financiación: es necesario reformar el sistema económico global de modo profundo. Algunas de las propuestas debatidas estos días son:
En un contexto global profundamente tensionado en términos geoestratégicos, es fundamental que el Compromiso de Sevilla no se quede en papel mojado. Es hora de actuar: los gobiernos y los organismos multilaterales deben cumplir lo prometido.
La sociedad civil tiene que mantenerse vigilante. Antes de esta Conferencia, nos reunimos en un foro paralelo de la sociedad civil y el Foro Feminista. El día de la clausura de esta IV Conferencia, volvimos a manifestarnos para exigir reformas del sistema, la cancelación de la deuda y una economía centrada en las personas. La sociedad civil ha hablado alto y claro, ahora debe seguir agitando el sistema para que las personas estén siempre en el centro.
La urgencia es cada vez mayor: es tiempo de pasar de las palabras a los hechos, de apostar por un crecimiento inclusivo, justo y sostenible. Esta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, celebrada en Sevilla, ha trazado una hoja de ruta clara: ha llegado el momento de actuar.