Fe y Alegría en Ruanda y Burundi: pasos firmes hacia un nuevo horizonte
Fe y Alegría en Ruanda y Burundi: pasos firmes hacia un nuevo horizonte
Daniel Villanueva, SJ
Coordinador General I Fe y Alegría Internacional
Entre el 12 y el 17 de agosto de 2025 tuve la oportunidad de visitar Rwanda, en un viaje que combinó momentos de encuentro fraterno con la Compañía de Jesús en Kigali y Kamembe, visitas a obras educativas en contextos de vulnerabilidad, y un diálogo profundo con el nuevo Provincial de la Provincia de Rwanda-Burundi, el P. Fabien Gasigwa, SJ. Fue un itinerario intenso y lleno de aprendizajes, que confirma la apertura y la claridad con que esta joven provincia jesuita quiere caminar hacia una presencia de Fe y Alegría en la región.
Primeros encuentros en Kigali
Aterrizar en Kigali supuso reencontrarme con viejos conocidos de la Compañía y descubrir el dinamismo de sus obras. Me acogieron con gran hospitalidad en la comunidad del Centro Christus, tristemente conocida por ser el lugar del asesinato de 14 personas (entre ellas 3 jesuitas) en abril de 1994 en los inicios del genocidio. Visité con devoción el memorial por la vida de los que allá murieron, agradeciendo su entrega y deseando que nuestro trabajo educativo ayude a evitar polarizaciones étnicas y manipulaciones políticas tan en voga en estos días. Aproveché mi paso por Kigali para visitar el Urumuri Center, la Saint Ignace School y otras instituciones que muestran cómo la presencia jesuita en la capital articula espiritualidad, educación y compromiso social de una manera muy viva.
En este contexto también surgieron conversaciones con jesuitas jóvenes como Alexix, Eddy Bollard o liderazgos históricos en la región, como Agustín Karekezi o el Pere Tito, con quienes recorrimos la historia y el momento de la región y me ayudaron a situar la visita en un marco más amplio: la provincia quiere fortalecer sus proyectos educativos en contextos vulnerables y ve en Fe y Alegría un aliado natural para darles consistencia y proyección.
Kamembe: la esperanza de Mizero
El viaje a Kamembe, en la frontera con la República Democrática del Congo, fue uno de los momentos más significativos. Allí me recibió el P. Innocent Kamanzi SJ, quien desde hace dos años lidera la reflexión sobre Fe y Alegría en la provincia.
La visita a la Mizero Technical Secondary School fue especialmente reveladora. Mizero, que significa esperanza en kinyarwanda, nació tras el genocidio como un pequeño orfanato y ha ido evolucionando hacia un centro de formación técnica reconocido y apoyado por el Estado. Hoy acoge a 450 estudiantes y se proyecta hacia 600, con una oferta educativa en áreas como hostelería, construcción y programación, además de cursos cortos de oficios muy demandados en la región. La escuela está ampliando infraestructura con apoyo internacional, y el Estado aumenta en paralelo los cupos de estudiantes, cubriendo salarios y gastos de funcionamiento.
No menos impactante fue la visita a la Escuela Primaria Santa Emilia, gestionada por las Hermanas Penitentes de San Francisco de Asís. Con apenas 24 alumnos y condiciones muy básicas, busca atender a niños y niñas con discapacidades. El compromiso de las hermanas, encabezadas por sor Philoména, es conmovedor. Con apoyo internacional están construyendo nuevas instalaciones para poder firmar un acuerdo con el gobierno y ofrecer educación inclusiva de calidad. Este proyecto encarna de manera sencilla y concreta lo que significa “educar en las fronteras”.
Diálogo con el Provincial: un sueño compartido
El sábado 16, en Kigali, tuve la conversación más decisiva del viaje: el encuentro con el P. Fabien, Provincial de Rwanda-Burundi. Desde el inicio expresó su convicción: “Por muchos años he soñado con Fe y Alegría en Rwanda”. Su interés nació en Bogotá, donde estudió teología y se reforzó tras la visita del P. General Arturo Sosa a Burundi en 2017. Hoy, como provincial, la educación con vulnerables forma parte explícita de sus prioridades apostólicas, impulsando la escuela Mizero (Rwanda) y la escuela San Luis Gonzaga (Burundi), base desde la que quisiera construir una presencia de Fe y Alegría en la provincia.
Fabien subrayó que la provincia quiere abrirse, aprender y conectarse a un movimiento más grande en el que continuar esta apuesta por la educación popular. Reconoce que FyA no es todavía conocida en la región, pero está convencido de que su enfoque de educativo popular puede dar identidad y coherencia a las obras que ya existen. Confirmó que Innocent cuenta con su total apoyo para avanzar, y valoró la importancia de colaborar con congregaciones religiosas, comunidades locales y gobiernos, como ya se hace en Gonzaga y Mizero.
Un futuro abierto
La visita a Rwanda no solo confirmó la viabilidad de que Fe y Alegría eche raíces en la provincia de Rwanda-Burundi, sino que mostró el entusiasmo de jesuitas, religiosas y laicos que sueñan con una educación transformadora. Desde Mizero y Gonzaga, pasando por iniciativas inclusivas como Santa Emilia, hay un terreno fértil y un liderazgo provincial decidido.
Fe y Alegría puede aportar aquí lo que mejor sabe hacer: articular comunidades, tejer redes, dar voz a los más excluidos y ofrecer un marco pedagógico y federativo probado en otros contextos. El proceso apenas comienza, pero el viaje dejó claro que el sueño de una Fe y Alegría en Rwanda y Burundi ya no es solo una intuición: es un camino en marcha.