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Soy Djimasra Aimé, un educador jesuita en Fe y Alegría-Chad. La situación en Covid-19 es una situación angustiosa y desastrosa para la educación y requiere el coraje de proponer algo diferente de lo que se hace habitualmente.

Así, la experiencia de los cursos de radio en colaboración con la radio comunitaria de Mongo organizados por Fe y Alegría es un alivio para mí como educador y también una ayuda preciada que ha permitido a los alumnos estudiar sin salir de casa, porque las escuelas están cerradas.

Me di cuenta cómo los diversos cursos de formación en las zonas rurales para padres, profesores y alumnos, pero con un número muy reducido de personas respetando el distanciamiento social pueden continua, y con pocos medios, se puede seguir transformando la vida de las personas. Todo ello con el objetivo de despertar la consciencia en la comunidad educativa sobre el alto riesgo de la Covid-19, socializando las medidas de prevención. Para mí, estas actividades, aunque no tengan un gran impacto, han permitido ayudar y acompañar a las comunidades locales a prepararse para el contexto posterior a la Covid-19.

Por eso, como miembro del personal de Fe y Alegría y director del Colegio Comunitario de Fe y Alegría de Mongo, he participado activamente en diversas actividades, como la concesión de créditos a las madres de los estudiantes para llevar a cabo iniciativas de generación de ingresos, que les permite preparar el próximo año escolar. También participé en las actividades de sensibilización contra la Covid-19 (la importancia de las medidas de prevención, el uso del agua, el respeto de las condiciones higiénicas; la distribución de kits de higiene); esto me dió la sensación de estar entre las personas que luchan contra esta pandemia.

Con la situación actual de la pandemia de Covid-19, me siento cada vez más comprometido a trabajar junto a los pobres y marginados del Chad para ayudarles a seguir teniendo una educación de calidad, incluso durante la crisis; porque la educación es un derecho.