Reconstrucción y Esperanza
Reconstrucción y Esperanza
Comunicaciones I Fe y Alegría Brasil
Hace un año, el sur de Brasil enfrentó una de las mayores tragedias de su historia. Las inundaciones que devastaron el estado de Rio Grande do Sul en 2024 afectaron a 2,4 millones de personas, según datos oficiales, dejando huellas profundas en la vida de todas ellas. Para la Fundación Fe y Alegría, que fue impactada directamente, el impacto aún es visible en los rostros de todos los que asisten a nuestro centro en Porto Alegre. Este espacio, que atiende a niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad social, así como a personas en situación de calle, permaneció inundado durante cuatro semanas, lo que provocó importantes pérdidas materiales y afectó directamente a nuestros colaboradores, voluntarios y beneficiarios, muchos de los cuales perdieron sus hogares.
Desde el primer momento, Fe y Alegría Brasil se comprometió a ofrecer apoyo y asistencia a todas las personas afectadas. Reunimos a las familias, distribuimos donaciones y trabajamos incansablemente para garantizar que nuestros estudiantes y sus familias, así como nuestros colaboradores y la comunidad en general, recibieran el apoyo necesario para enfrentar esta adversidad.
Hoy, tras un arduo proceso de reconstrucción, Fe y Alegría ha retomado su funcionamiento normal, atendiendo a 135 niños, niñas y adolescentes que encuentran aquí el apoyo y la acogida que tanto necesitan. Al reflexionar sobre el último año, más allá del dolor que nos marcó a todos, sentimos un profundo orgullo y gratitud por la resiliencia y la solidaridad demostradas por cada persona. La reanudación de nuestras actividades solo fue posible gracias a la generosidad de nuestros socios locales, de la cooperación internacional y de otras obras de la Compañía, que movilizaron recursos financieros, donaciones y trabajo voluntario como respuesta a la emergencia. Todo esto fue fundamental para reconstruir nuestro centro y retomar las actividades que tanto significan para nuestra comunidad.
Un año después de la tragedia, reafirmamos nuestro compromiso con la misión de transformar vidas a través de la educación. Agradecemos a quienes estuvieron a nuestro lado durante este periodo desafiante e invitamos a todos y todas a seguir apoyando nuestros esfuerzos para que nadie se quede atrás.
Seguimos firmes, con la certeza de que, juntos, somos más fuertes y capaces de superar cualquier desafío.
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