Todas las voces cuentan: un encuentro entre juventudes sordas y oyentes
Todas las voces cuentan: un encuentro entre juventudes sordas y oyentes
Tatiana Cardona y Carmiña de la Cruz
Iniciativa de juventudes y Educación inclusiva I Fe y Alegría Internacional
En conmemoración del Día Internacional de las Juventudes, la Federación Internacional de Fe y Alegría vivió un momento histórico: por primera vez, jóvenes sordos y oyentes de Ecuador y Bolivia, junto con juventudes de la Red Generación 21+ de Colombia, República Dominicana, Paraguay, Perú y Guatemala, se encontraron virtualmente compartiendo un espacio común de diálogo y reflexión.
El encuentro virtual, titulado “Compartiendo experiencias: Jóvenes sordos y oyentes, todas las voces cuentan”, surgió de la alianza entre la Iniciativa de Educación Inclusiva y la Iniciativa de Juventudes de Fe y Alegría, respondiendo al interés de los jóvenes por ampliar la mirada sobre el liderazgo y reconocer expresiones complementarias e incluyentes.
Durante el evento, que contó con la participación de jóvenes sordos y oyentes, acompañantes juveniles e intérpretes de lengua de señas, se destacó la apertura a liderazgos diversos y nuevas formas de participación. Como expresó uno de los acompañantes juveniles: “Los liderazgos no siempre se miden por los mejores discursos ni por quien habla más fuerte; muchas veces se encuentran en quienes escuchan, acompañan, inspiran con sus acciones cotidianas”.
Esta es una muestra que la inclusión no es solo un discurso, sino una práctica que transforma e inspira a superar barreras.
Voces que inspiran
La agenda incluyó la presentación de videos testimoniales de jóvenes líderes de Fe y Alegría Ecuador y Bolivia, así como intervenciones en vivo de Valentina Herbas y Andrés Valencia (FyA Bolivia) y Juan Carlos Castillo (FyA Ecuador), quienes compartieron sus experiencias de vida, necesidades y propuestas de acción para fortalecer la inclusión educativa y social en sus comunidades, además de su liderazgo.
Gracias al trabajo de los intérpretes, las voces y las señas se convirtieron en puentes de encuentro y comunicación. Entre los testimonios compartidos se destacó el de Juan Carlos Castillo, quien expresó con convicción: “Para mí, ser líder es no rendirse, ir paso a paso y contar con el apoyo de los compañeros”.
En pequeños grupos de conversación, los jóvenes pudieron intercambiar preguntas y reflexiones. Los oyentes mostraron deseo de aprender lengua de señas, propusieron proyectos conjuntos y reconocieron que la discapacidad auditiva no es una limitación, sino una forma distinta de comunicación mediante las manos. También, expresaron curiosidades muy humanas que abrieron el diálogo: ¿cómo disfrutan de la música?, ¿cómo aprenden otros idiomas?, o ¿cómo se puede generar más participación para jóvenes sordos? Estas preguntas dieron pie a un intercambio cercano y enriquecedor.
Por su parte, los jóvenes sordos tuvieron un espacio de conversación propio, donde valoraron la experiencia de contar con intérpretes y resaltaron la necesidad de garantizar este recurso en todos los ámbitos, especialmente en los estudios superiores. También, subrayaron la importancia del trabajo en equipo y de conformar redes de jóvenes entre sordas y oyentes, ya que los objetivos colectivos no se alcanzan de manera individual.
Aprendizajes colectivos
De este diálogo emergieron varias reflexiones clave:
Por su parte, los acompañantes juveniles resaltaron la importancia de visibilizar la diversidad en los marcos legales, de ofrecer talleres comunitarios sobre cultura sorda y de potenciar el uso de redes sociales como espacio de participación juvenil. También, insistieron en superar los estereotipos laborales que limitan las oportunidades de los jóvenes sordos, promoviendo proyectos de vida más amplios y dignos.
Compromisos hacia el futuro
El cierre del encuentro estuvo marcado por la construcción de compromisos colectivos. Los participantes coincidieron en que la inclusión real pasa por compartir espacios, eliminar barreras y reconocer capacidades. También plantearon acciones concretas:
Este encuentro dejó una huella significativa y mostró que la inclusión no es un acto aislado, sino un camino colectivo que se construye en la escucha y el reconocimiento mutuo. Para Fe y Alegría, significó dar un paso firme hacia la consolidación de una red diversa, justa y verdaderamente transformadora, en la que, como recuerda el título del encuentro, todas las voces cuentan.
Mirando al futuro, desde la Iniciativa de Juventudes y la de Educación Inclusiva se sueña con que las juventudes sordas se integren plenamente a la Red Generación 21+, participen en los espacios nacionales e internacionales de Fe y Alegría y, que se pueda proyectar un evento global que celebre la riqueza de sus voces y señas.
Reafirmamos nuestro llamado para que desde todas las acciones eliminemos barreras y creemos oportunidades.