“Un movimiento global con raíces locales”
“Un movimiento global con raíces locales”
Arturo Sosa, SJ
Padre General I Compañía de Jesús
“La fuerza de Fe y Alegría radica en su identidad como movimiento educativo global que nace y se enraíza en lo local.”
Fe y Alegría es hoy una red internacional presente en más de 22 países. Pero no es una estructura exportada: es una semilla que brota desde dentro de las comunidades. Cada Fe y Alegría nace con rostro propio, con cultura propia, pero con una misión común.
El P. General reconoce esta identidad dual: “Fe y Alegría es un referente de la educación popular integral, inclusiva y de calidad, que trabaja en las fronteras de mayor exclusión.”
Somos globales porque estamos conectados; pero somos locales porque cada obra nace del territorio, escucha a su gente, construye con otros. Esa es nuestra mayor fortaleza: el equilibrio entre la pertenencia federativa y la autonomía arraigada.
Y por eso mismo, la unidad no se impone: se teje. Se construye desde la confianza, desde la colaboración, desde el discernimiento en red. Nuestra vocación es ser un cuerpo internacional con alma popular.
Esta tensión entre lo global y lo local nos empuja a una vigilancia constante sobre nuestras estructuras, nuestros modos de proceder y nuestras formas de liderazgo. El futuro de Fe y Alegría será global o no será, pero solo si cada comunidad siente que es escuchada, valorada y protagonista del movimiento.
En cada rincón donde hay una Fe y Alegría, hay una manera concreta de vivir este sueño común. Y eso nos enriquece como red, nos desafía como federación y nos compromete como Iglesia en salida.