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05 febrero 2024

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Tejiendo amaneceres, superamos fronteras

Elías Cornejo

Coordinador de Promoción Social y Atención a Migrantes | Fe y Alegría en Panamá


Cuando llegué hace cuatro años a Fe y Alegría en Panamá, las instalaciones estaban en silencio. El ambiente lúgubre y apesadumbrado. Hoy febrero de 2024, el rostro de Fe y Alegría se llena de sonrisas y voces infantiles. Soto, nuestro más antiguo trabajador sonríe también: “otra vez hay vida compañero”, me dice. De esa terquedad de vida les queremos contar brevemente.

 

Un sueño en medio de la nada

 

El Padre Marco Gómez, SJ, es el director general de Fe y Alegría en Panamá. Cuando llegó en 2021, se encontró apenas con dos trabajadores a tiempo completo y dos a medio tiempo, en administración. Hoy somos once, todos animados y trabajando de cara a mostrar la alegría de la fe en un proyecto. Y como dice una vieja canción de la trova latinoamericana: “volverán los libros…las canciones”. Y están volviendo.

 

Manos a la obra

 

Soñamos un plan. Con la ayuda de la Federación Internacional de Fe y Alegría, y con el apoyo de amigos, fuimos construyendo un Plan Estratégico que se lanzó el año pasado. Los apoyos de otros empezaron a llegar. Poco a poco, pero llegaban: estábamos tejiendo la alborada de nuestro amanecer. Gracias a la iniciativa de Formación para el Trabajo pudimos identificar que teníamos cerca a muchos niños, niñas y adolescentes, hijos de la población migrante que atendemos en talleres de formación y capacitación. Y nos preguntamos, ¿por qué no atenderles a ellos también? Y esa inquietud necia nos llevó a crear un programa que le llamamos: “Tejiendo amaneceres”.

 

Tejiendo amaneceres

 

Hace un año escribimos un artículo que titulamos “Transformar, transformándonos” y compartimos la alegría de decir que gracias a amigos como 3C Foundation, la Fundación Alberto Motta, la Fundación Sus Buenos Vecinos y los fondos Julia Taft, de la Embajada de Estados Unidos, el programa Tejiendo Amaneceres no solo se ha convertido en una respuesta, sino en un pequeño modelo de trabajo con las familias migrantes y panameñas que conviven con ellos. Un año después, Tejiendo Amaneceres no es un programa de becas, es mucho más, es un modelo socioeducativo de integración donde Raití, Yurianis, Alexandra, Elian y Denisse comparten sus ganas de aprender y vivir.

 

Las fronteras no detienen la esperanza

 

Nuestros niños, niñas y adolescentes son el ejemplo de que las fronteras “son para los países” (como dijo Arjona en su canción). Hoy llenan de alegría nuestras renovadas aulas, estamos rehabilitando el gimnasio, tenemos tecnología a su disposición para el aprendizaje. Hace porco, uno de los niños me pregunto, “profe, ¿puedo usar la Tablet? Es que voy a ayudar a mi primo que está en Ecuador”. Esa es la maravilla de esto, dos niños a miles de kilómetros pueden unirse y ayudarse.

 

Nuestro equipo cada día, de lunes a jueves, atiende a estos niños, niñas y adolescentes en el programa de reforzamiento académico, están planeando visitas a los museos y hasta hablamos de un coro y un grupo de danza. Las fronteras no detienen la esperanza de que un nuevo mundo viene y como este amanecer, vendrá…vendrá.

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